El año pasado se cerró con cifras récord de nueva potencia fotovoltaica instalada, con 4.201 MW de nueva capacidad en plantas en suelo y 459 MW de nueva capacidad para autoconsumo, lo que prácticamente supone duplicar toda la potencia hasta ahora instalada. En la instalación de nueva potencia en suelo ha influido fundamentalmente la subasta celebrada en 2017 a la que hay que sumar que, por primera vez, se han conectado al sistema eléctrico unos 600 MW de proyectos que van a mercado o que se financian a través de un contrato de compra-venta de energía a largo plazo (PPA). Respecto a la subasta, en nuestro sector se ha registrado un 95% de tasa de éxito sobre proyecto que se ha otorgado y proyecto realizado, lo que confirma la gran fiabilidad que tiene nuestra tecnología para poder llevar a cabo los Planes Nacionales de Energía y Clima. Los PPAs han sido otra gran novedad en 2019, con la firma de 4 GW en estos contratos.
En este contexto de optimismo parecía que nada podía frenar el despliegue del sector fotovoltaico. Sin embargo, ha irrumpido la pandemia, aportando una fuerte incertidumbre y golpeando de forma considerable a nuestro sector en sus dos vertientes.
En las instalaciones fotovoltaicas en suelo, en el corto plazo el impacto ha sido mínimo, con retrasos en la construcción y en la tramitación administrativa. Además, se han reducido las financiaciones para proyectos que vayan a mercado y han empeorado las condiciones para los PPAs. Al respecto, el anuncio de una próxima convocatoria de nuevas subastas de energías renovables que ha realizado el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico resulta muy positivo, ya que ayudará a impulsar una rápida reactivación del sector.
Impacto notable sobre el autoconsumo
En el caso del autoconsumo, nos encontramos con una situación completamente diferente, ya que el impacto en el corto plazo es notable. Nuestros mayores clientes, las pequeñas industrias y el sector servicios, son quienes se han visto afectados de una manera más negativa. Ha habido proyectos paralizados o incluso alguno cancelado. No obstante, en el largo plazo, a medida que la economía se vaya recuperando, estamos convencidos que se va a ir recuperando este sector.
En cambio en el sector doméstico, después de una parálisis casi total, motivada por el distanciamiento social, el sector ha vuelto a recuperar el ritmo anterior a la crisis e incluso mejor debido a las bonificaciones fiscales de un número importante de ayuntamientos, al mayor ahorro generado por los hogares durante el confinamiento y el haber tenido más tiempo para decidir.
Para mejorar la situación es necesaria una reducción de los tiempos de las tramitaciones administrativas, fundamentalmente eliminando la licencia de obra para los proyectos de autoconsumo. En este sentido, desde UNEF venimos desarrollando una exitosa campaña en relación a las CCAA. Estamos consiguiendo que cada vez se suprima este requisito en más territorios.
Sin olvidarnos de que estamos en un nuevo contexto de una grave crisis económica que ya ha provocado la pérdida de más de un millón de empleos en nuestro país y que puede llegar a suponer la contracción del PIB de España de hasta el 14,4% en 2020, según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Ante esta crisis motivada por un shock de demanda, las inversiones en energía fotovoltaica pueden jugar un importante papel anti-crisis. Tenemos la oportunidad de contribuir a una recuperación económica que sea, además, sostenible, es decir, que fomente la inversión en aquellos sectores que, además de generar empleo y riqueza, contribuyen a alcanzar el objetivo de una completa descarbonización de nuestras economías a 2050.
No cabe duda de que la transición energética tiene que ser una de las palancas de la salida de la crisis y el motor del crecimiento económico en la fase post Covid-19, tal y como reconoce también el Pacto Verde europeo (EU Green Deal).
En muchas ocasiones, desde UNEF hemos querido remarcar el importante papel que el sector fotovoltaico español puede desempeñar para la reindustrializar la economía española, aportando empleo estable, local y cualificado, así como crecimiento económico. Se trata de un sector que cuenta con un tejido industrial fotovoltaico ya consolidado, de calidad y competitivo, con empresas líderes a nivel internacional en la fabricación de componentes fotovoltaicos, como los inversores. Además, en el segmento de los seguidores solares, cuatro de las diez mayores compañías del mundo son españolas. Gracias a este sector, la industria española puede disponer de energía eléctrica barata, lo que representa una ventaja competitiva importante respecto a sus competidores.
Importantes novedades regulatorias
Esta primera parte de 2020, además, ha visto la introducción de importantes novedades regulatorias que contribuyen a impulsar el desarrollo del sector fotovoltaico y que incorporan la mayoría de las propuestas que desde UNEF hemos realizado en los últimos meses.
Entre ellas, cabe destacar la aprobación del Real Decreto-Ley 23/2020, que representa un paso en la dirección correcta por muchas razones. En primer lugar, se establecen las condiciones para que se puedan celebrar nuevas subastas de energías renovables en los próximos meses. Las licitaciones son un elemento clave para capturar el mejor precio posible para los consumidores, así como para garantizar un desarrollo estable y ordenado del sector fotovoltaico. La estabilidad y la previsibilidad en la trayectoria de desarrollo de este mercado son indispensables para dar una señal de largo plazo y atraer los más de 20.000 millones de euros en inversiones con capital privado necesarios para cumplir con los objetivos de nueva capacidad fotovoltaica a instalar definidos por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) a 2030. El modelo de subasta que dará claridad a los participantes y evitará sobre-retribuciones, permitirá poner en marcha rápidamente el sector fotovoltaico. Especial mención merece la convocatoria de una subasta específica para las Islas Canarias: se trata de una noticia muy positiva que permitirá fomentar la instalación de energía limpia en uno de los territorios que, por sus características, ya se ve especialmente afectado por el cambio climático.
En segundo lugar, el RDL reforma la regulación de acceso y conexión a la red eléctrica, introduciendo una serie de hitos administrativos posteriores a la obtención de los permisos que permiten otorgar prioridad a los proyectos reales y maduros, eliminando aquellos no reales, pero sin perjudicar a los pequeños desarrolladores, actores importantes del sector.
En tercer lugar, esta nueva norma introduce una serie de medidas para agilizar la tramitación administrativa de los proyectos fotovoltaicos, concediendo un plazo único de treinta días a las distintas Administraciones para que contesten, e introduciendo el silencio positivo para los informes. No cabe duda de que la eliminación de uno de los principales frenos al desarrollo de nuevos proyectos –la lentitud de la burocracia– es una noticia muy positiva para el sector.
Además, el RDL ha introducido en el marco normativo las propuestas realizadas por UNEF sobre la hibridación y la sobre-potenciación, permitiendo que se combinen diferentes tecnologías renovables en un mismo proyecto, pudiéndose optimizar de este modo el aprovechamiento de los recursos naturales.
Otra reclamación histórica del sector fotovoltaico, que ha sido acogida en la norma aprobada el 23 de junio, tiene que ver con la necesidad de reconocer el almacenamiento como actividad y sujeto jurídico, medida de fundamental importancia para asegurar su integración en el sistema eléctrico.
El VII Foro Solar será online
Estas son las bases del nuevo marco regulatorio en el que se va a desarrollar el PNIEC. Los objetivos a 2030 son ambiciosos, pero España está en una posición ideal para aprovechar el buen recurso solar y el territorio de los que dispone, no solo para consolidarse como país líder en el crecimiento del sector fotovoltaico a nivel internacional, sino también para construir una recuperación económica sostenible.
En el séptimo Foro Solar, evento que celebraremos los próximos 21, 22 y 23 de octubre en formato online, trataremos éstas y muchas más cuestiones candentes para el sector fotovoltaico, de la mano de ponentes nacionales e internacionales de primer nivel.
Como todos los años, contaremos con expertos que nos presentarán las últimas novedades tecnológicas en el ámbito de I+D+i, y debatirán sobre el potencial del hidrógeno como complemento para garantizar una mayor penetración de la tecnología fotovoltaica en el sistema a través del almacenamiento estacional y la necesidad de impulsar la digitalización del sector fotovoltaico, lo que se puede traducir en una vía de mejora de la competitividad de las empresas. La adopción de tecnologías digitales, de la analítica de datos, de la inteligencia artificial y del internet de las cosas son herramientas que permiten reducir considerablemente tanto los costes de la fabricación de componentes, como la operación, la monitorización y el mantenimiento de las instalaciones, aumentando la eficiencia de los procesos y la rentabilidad de los proyectos.
A pesar de la coyuntura actual, las empresas, la sociedad y el marco regulatorio están listos para continuar consolidando el impulso de la energía fotovoltaica como fuente inagotable de oportunidades y futuro para todos.
Noticia tomada de: https://www.energias-renovables.com